Aquí el microrrelato del día de hoy.
Sus
ojos me transmitían tanto terror... Intenté por algunos instantes abstraerme de
allí, y no mirarla, sus pupilas estaban dilatadas y su risa nerviosa resonaba
dentro de aquella habitación. Hubo un instante en el que desee que al fin todo
terminara, estaba agotada de sentir tanto miedo.
—Maldita
bruja, ¡si me vas a matar hazlo de una vez! —Le grite desde el rincón en el
cual permanecía encadenada. Ella tomó uno de los cuchillos que se encontraban
sobre la mesa, sonrió mientras admiraba la hoja y volteó a mirarme.
Se
acercó hasta mí, y sin quitar su mirada de mis ojos, deslizó el filo por mi
mejilla mientras me decía:
—Tranquila,
princesita, aún no ha llegado tu momento, ¿Acaso quieres privarme de la
diversión que me traerá tu lento sufrimiento? Tus amiguitos no ofrecieron tanta
satisfacción, espero que tú lo compenses. —La escuchaba reír mientras
desgarraba mi mejilla con el cuchillo, comencé a sentir el calor de la sangre
que corría por mi rostro.
—Dime
una cosa, ¿de casualidad sabes cuánto tarda una persona promedio en morir
desangrada?
Sin
dejarme reaccionar continúo—. Bueno, si seccionáramos la vena aorta sería solo
cuestión de segundos para que dejes este asqueroso mundo, pero... Eso nos
impediría disfrutar a pleno de nuestra mutua compañía. Por otro lado, si
realizáramos un corte pequeño y profundo, la muerte tardaría más en
llegar, y tú serías consciente de todas las fases del shock hemorrágico. ¿No te
parece divertido? —Y volvió a reír...
***
No sé
cuánto tiempo hace que estoy aquí, por momentos la habitación se mueve como si
me encontrara a bordo de un barco, estoy mareada, tengo mucha sed. Todo va
alejándose, siento que moriré pronto.
¿Cómo
fue que terminamos así en manos de una psicópata que decía ser nuestra amiga?
Jazmín y Pablo yacen justo frente a mí, al otro lado de la habitación Ahí, esta
parada frente a ellos los mira y canta.
***
El
frío comenzó apoderarse de mí, y cuando la oscuridad estuvo a punto cubrir
mis ojos, aquella mujer sujetando mi barbilla me obligó contemplar por última
vez su sádica mirada.
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