#WriTober reto día 5 · #WriToberCalabaza (Microrrelatos concepto)

 

 Aquí, va el relato del reto correspondiente al día 5 #WriToberCalabaza (Microrrelatos concepto)

 El Viejo Harry tenía las mejores calabazas del condado, las cuidaba casi con obsesión, carteles dispersos por el perímetro advertían que no estaba permitido ingresar, y que si eran descubiertos intrusos pagarían las consecuencias. A todos los chicos del pueblo nos causaba el mismo terror verlo, flaco, desgarbado, con sus rasgos severos, siempre acompañado de una horquilla filosa y su perro Pitbull el cual se llamaba, Satanás, y debo reconocer que el nombre le pegaba, puesto que era malvado y aterrador.

Cada año, nos aventurábamos al intento de robarle alguna de sus preciadas calabazas para nuestra fiesta de Halloween, semanas antes comenzábamos a urdir nuestro plan, reunidos en la casa del árbol, entrar al área 51 era más sencillo que intentar traspasar las vallas del campo de calabazas.

***

 

Teníamos todo organizado, esa noche nos infiltraríamos a la finca desde el río, justo donde se encuentra el viejo olmo la vegetación era lo suficientemente alta como para cubrirnos, esperamos largo rato hasta que las luces de la casa se apagaron.

No sé si era el clima o el miedo que nos invadía, pero esa noche se había vuelto particularmente fría. Fui el primero en cruzar, detrás de mí, lo hicieron Tom y Dave.  Mi idea era tomar la primera que viéramos y salir de allí lo más rápido posible, cuando estaba intentando cortar el tallo con mi cuchillo, la luz de una de las ventanas se encendió, y el ladrido del perro que se acercaba podía oírse.

—¿Cómo diablos nos descubrió?

—Te dije que este viejo es brujo, él lo sabe todo, mejor apresurémonos corta esa calabaza y nos vamos rápido.

Mi mano temblaba a causa del miedo. —No veo el cuchillo, se me ha caído dejemos todo, vámonos —Dije, antes de comenzar a correr.

—¡Yo no me voy de acá sin una maldita calabaza! —Dijo Tom furioso—, ustedes sigan yo corto esta.

Cruzamos las vallas solo dos de nosotros, Tom no lo logró... Los gritos se mezclaron con los gruñidos del perro y la voz del Viejo Harry que decía:

—Bien hecho, Satanás, tenemos abono para mis bellas calabazas.

 

 

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