Mathew and Austin, las tierras olvidadas. Avances.

Hoy me gustaría compartirles algunos fragmentos de la historia para que pueden conocerla, acompañarme en este viaje al "otro lado" y recorrer los reinos de fantasía.


Por un momento, tuvo el
impulso de tomar la llave y cruzar, pero una voz dentro de su cabeza le repetía: “Estás por cometer un grave error”
 
A los pocos minutos, salió
acompañado de un dragón de varios metros de largo. Su cuerpo estaba cubierto de
escamas de un brillante color azul. En su cabeza se podía ver una cresta color
amarillo que se repetía en la punta de su cola con el mismo color. Sus ojos
eran brillantes y color turquesa.


Se alejaron lo más rápido que pudieron del castillo
y, tras salir de la aldea, se internaron en el bosque. Una extraña presencia
comenzó a rondarlos, lo cual los ponía nerviosos. Los Árboles Caminantes los
miraban además con recelo, ya que desconfiaban de sus intenciones al
escucharlos hablar.
—¿Qué diablos pasa acá? —preguntó un soldado—.
Siento como si este bosque tuviera ojos...



“La gran tormenta”, como fue llamada, se produjo
tras la batalla de las montañas Dubian en la que Munesh y Nadian habían vencido a Sirion,
sofocando su nuevo intento de tomar tierras. Al regresar a su reino, un gran movimiento
sísmico había provocado que sus dominios se separaran del continente y se hundieran en
las profundidades del mar, el cual literalmente las había tragado y quitado de la faz de ese
mundo mágico.


Cuando entró en su habitación de magia, cerró la puerta y se dirigió lentamente al oráculo
a fin de consultarle por el destino de la batalla. Allí pudo ver al rey luchando. También a
dos pequeños muchachos que con uniforme militar luchaban junto al rey Munesh y su
ejército. Vio destrucción y muerte.


“—Su padre estaría orgulloso si lo viera hoy, señor, luchando por la recuperación del reino
para que nuestro pueblo viva con la abundancia de estas tierras fértiles.
—Sí, y más fértiles aún luego del baño de sangre que inundará el reino. Eso lo volverá más
rico, y a mí más poderoso. Y, tras conquistar y recuperar esta tierra, iré por los demás
reinos traidores y los reduciré a cenizas. Solo habrá un reino, y ese será el del Meridiano
Oriental.
Así terminó. El odio y el rencor lo estaban consumiendo.





Abrieron la puerta y se toparon con una escalera circular que descendía. Comenzaron a
bajar por allí. Mathew iba delante y Austin detrás. Cuando Math logró ganar el último
escalón, pudo escuchar de pronto una voz que decía:
—¡Pero miren a este pequeño soldadito!


Comentarios