Citas del libro "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot" parte 2






Citas del libro "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot"
Parte 2.




"Hay momentos como este, en los que quisiera salir e ir hasta allá, al lago, a donde esos tres chicos están jugando, en el viejo bote que está amarrado, ya semihundido. Allí los veo siempre. Se ríen y tienen aventuras, como hoy, que uno de ellos es un pirata. Quisiera tener mi vida de regreso, poder volver el tiempo atrás y recuperar esos momentos de cuando yo era libre. Algunas veces me acerco lo más que puedo, pero nunca logro llegar a ellos porque las cinco hectáreas de terreno terminan cien metros antes de alcanzar el lago. Cada vez que intenté cruzar, los merodeadores me hicieron notar su presencia, lo cual terminó provocando que desistiese. Siempre regreso a casa y me quedo mirando desde lo alto de la colina en la que se encuentra construida. Desearía que pudieran verme, o que la curiosidad les diera la iniciativa de acercarse a la casa, pero seguramente terminarían asustándose como lo hace todo el mundo y se irían disparados de aquí, de vuelta hasta su hogar, que se ve desde la ventana de mi cuarto, una casona de tres pisos rodeada de mucha vegetación."




"De a poco el lugar se fue vaciando y el hombre dejó de tocar. Me sorprendió que entonces me hablara:
—¿Te gustó la canción?
Me quede allí callado, inmóvil. No sabía qué contestar. El señor extendió su mano al ver que no recibía respuesta y la movió en dirección hacia donde yo estaba parado. Como no logré correrme, me atravesó, tras lo cual dijo:
—Hola, ¿hay alguien ahí? Podría jurar que sentí la presencia de alguien, pero creo que no es así"


"Cuando ya habíamos hecho algunos tramos por los conductos, de pronto, tras salir de la nada, los devoradores comenzaron a perseguirnos. Y a ellos se sumaron los merodeadores, por lo que debimos correr para escondernos. Llegó un momento en el que pensé que nos atraparían: estaban por todas partes y se los escuchaba acercarse, feroces y hambrientos"



"De pronto, en el túnel se empezó a sentir una atmósfera rara. La pesadez del ambiente aumentaba cada vez más, y repentinamente el miedo nos recorrió, provocándonos una sensación de sofocación y apretándonos el pecho como si un gran muro se nos hubiera caído encima. El guía nos tomó de los brazos y nos empujó a través de unas compuertas, que cerró tras de sí.
—¡Shhh, ahora todos en silencio!
Se empezaron a sentir gritos y gruñidos por debajo de las puertas. De pronto, una sombra que pasaba por los túneles se detuvo. Daba la sensación de que estaba allí, parada detrás, mirando hacia donde estábamos nosotros"




"Algo me sujetó con fuerza y me jaló del pie. Comenzó a absorberme. Sentía que me iba a tragar. El tío Eliot tiraba de mis manos.
—¡No me sueltes, tío! —le grité mientras el terror se apoderaba de mí: sabía que eran los devoradores.
—¡No voy a soltarte, vamos a llegar a ese barco!
Yo sentía cómo mi cuerpo era tironeado en ambas direcciones. Ya al límite de mis fuerzas, pegué un gran alarido que resonó dentro de las paredes del túnel"



"Avanzamos durante algunas horas, mientras mis temores iban en aumento junto a la sensación de que no lo lograríamos, ya que ahí abajo no podía ver ni por dónde estábamos ni cuánto camino nos quedaba por delante. Los espectros se nos acercaban tratando de tocarnos, alargaban sus manos, que salían desde las paredes y la oscuridad, reían y lloraban, gritaban y se lamentaban, todo junto y a la vez.
De pronto, el ambiente empezó a ponerse raro, el viento recorría los túneles y levantaba objetos que encontraba a su paso, todo empezó a volverse más oscuro. Entonces, del fondo se escuchó un grito que decía:
—¡Guardianes, llegan guardianes!"









Comentarios