Citas del libro "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot " parte 1






Citas del libro "Jack y los fantasmas de la casona de Eliot"





"Cuando terminé de acomodar, fui hasta el escritorio que se encontraba debajo de la ventana y allí puse mis libros, mi caballo de madera blanco, que trae sus riendas pintadas en color rojo, y también mi tren, que tiene un señor que lo maneja y con el que, aunque ya está algo gastado y de a poco la pintura azul del traje se le va perdiendo, me gusta jugar. A pesar de que muchos me dicen que ya no debería usar más juguetes, disfruto de pasar tiempo con ellos. Y hubiera deseado traer más cosas, pero el apuro por empacar había hecho que dejara mi habitación casi completa."



"La casa estaba tranquila, como de costumbre. Los señores Mollers rondaban por las habitaciones. August insistía en sacar las telas de arañas, que volvían una y otra vez, a lo cual él no se resignaba y continuaba luchando contra ellas. Muchas veces me preguntaba si lo haría por aburrimiento o por diversión. Rose no había aparecido en todo el día, por lo que supuse que estaba en alguna de las terrazas, como era habitual. Sandy jugaba a tomar el té con sus muñecos, y el tío Eliot estaba sentado en su escritorio en el estudio. Allí pasaba la mayor parte del tiempo, con su mirada perdida mirando hacia al lago, inmerso en sus recuerdos"



"Hay momentos como este, en los que quisiera salir e ir hasta allá, al lago, a donde esos tres chicos están jugando, en el viejo bote que está amarrado, ya semihundido. Allí los veo siempre. Se ríen y tienen aventuras, como hoy, que uno de ellos es un pirata. Quisiera tener mi vida de regreso, poder volver el tiempo atrás y recuperar esos momentos de cuando yo era libre. Algunas veces me acerco lo más que puedo, pero nunca logro llegar a ellos porque las cinco hectáreas de terreno terminan cien metros antes de alcanzar el lago. Cada vez que intenté cruzar, los merodeadores me hicieron notar su presencia, lo cual terminó provocando que desistiese. Siempre regreso a casa y me quedo mirando desde lo alto de la colina en la que se encuentra construida. Desearía que pudieran verme, o que la curiosidad les diera la iniciativa de acercarse a la casa, pero seguramente terminarían asustándose como lo hace todo el mundo y se irían disparados de aquí, de vuelta hasta su hogar"


"Cuando llevas más de cien años muerto, y sabes que no puedes alejarte de la casa más allá de los límites del terreno, llega un momento en el que te aburres de tanto vagar por las habitaciones. Y si bien no estoy solo, pues en la casa hay otros fantasmas, extraño a mi mejor amigo Freddy"



"En algún tiempo, la casa comenzará a transformarse en las ruinas de un pasado glamoroso, y yo no quiero estar aquí para verlo; porque sé que, hagamos lo que hagamos por evitar que entren, puede que un día ya no podamos hacerlo, o que el simple enemigo silencioso del paso del tiempo vaya comiendo de a poco la casa hasta que esta simplemente muera, como todos los que en ella hemos habitado."



"Mamá estaba triste, y más de una vez la escuché llorar en su cuarto, del que casi ya no salía. Había abandonado el bordado que tanto le gustaba y muchos trabajos quedaron a medio terminar. A veces paso por su recámara y veo sus bastidores de madera, con la aguja clavada en la tela en ese último punto que completaba el ala de un pájaro, y por un momento siento a mi mamá allí conmigo, como si su energía hubiera quedado pegada en ellos."



"Era muy triste ver las expresiones tanto de los que se iban como de los que se quedaban. Subieron al vagón y ocuparon sus asientos pegados a la ventanilla. Desde ahí podían ver cómo de a poco el humo empezaba a salir debajo de la máquina, la cual emprendió la marcha y comenzó a alejarlos de sus padres, quienes los saludaban con sus manos en alto mientras se hacían más pequeños en el andén y eran tapados por la multitud"



"La casa se había vuelto más silenciosa de lo que había sido hasta ese momento: solo se escuchaba el péndulo del reloj moviéndose, y las campanas dando las horas, las cuales resonaban por toda la casa, y acompañaban el sonido que provocaban los tacos de la señora Doris al recorrer las plantas superiores"




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